EUROPA
PRESS
2
septiembre 2016
El nuevo reto del proyecto 'Historias Derma'
de Almirall trata de promover la concienciación
social sobre el acné, ya que hasta el 20 por ciento de los pacientes con esta
patología sufren problemas psicológicos y sociales, lo que deteriora su calidad
de vida.
Por
ello, la compañía ha lanzado la historia 'Carlos, Cara Cráter' en la que una
madre escribe una carta al profesor de su hijo preocupada por las repercusiones
emocionales y sociales que sufre el joven en el colegio a causa del acné, una
de las enfermedades más tratadas por los dermatólogos.
Afecta,
principalmente, a personas de entre 12 y 24 años y se estima que entre el 50 y
el 95 por ciento de los adolescentes se ven afectados por la enfermedad.
Generalmente desaparece una vez finalizada la etapa de crecimiento, aunque a
veces puede persistir hasta la edad adulta con alta prevalencia entre las
mujeres.
Graves consecuencias psicológicas
En una
sociedad en la que prima la apariencia física, las imperfecciones de la piel a
menudo causan sentimientos de ansiedad, depresión, baja autoestima y
aislamiento social. A parte de estos trastornos, las burlas y el abuso escolar
también son importantes causas de morbilidad.
En los
casos de acné más severo, esta afección puede impedir el desempeño académico y
laboral, la interacción o las relaciones sociales. De hecho, más de un 20 por
ciento de las personas que sufren acné han intentado o pensado en suicidarse.
El cuadro
clínico del acné incluye un espectro de marcas que van desde moderados
comedones de acné, con o sin lesiones inflamatorias dispersas, a una enfermedad
fulminante y agresiva con una inflamación arraigada, nódulos e incluso síntomas
sistémicos asociados.
Esta
patología aparece en los jóvenes como consecuencia del inicio de la producción
de andrógenos a través de glándulas suprarrenales y gónadas. La intervención y
el tratamiento temprano pueden ayudar a prevenir o reducir la aparición de
cicatrices.